¿Qué haría con tal de no morir? ¿Qué sacrificaría?


Ésta mañana del primer viernes de primavera me levante temprano, hoy no debo ir a clases o atender algún asunto, hoy me tomaré el día libre por éste motivo. ¿Qué estaría dispuesto a hacer con tal de no morir?

Ésta pregunta me ha asaltado la mente a la hora del desayuno (desayunar sólo te ayuda a contemplar las trivialidades que no harías si alguien te distrae con sus problemas) mientras miraba un capítulo de una de mis series favoritas.  Mucho del contenido del blog ha sido, es y será sobre cosas externas de las que opino, ésta vez me toca opinar sobre mí, no seré auto crítico, al diablo con eso.

¿Es la muerte tan mala como la pintan?

Tomando en cuenta el mundo de mierda en el que vivimos y que no tengo problemas con él, pues no la veo como algo malo  -la muerte-, pero no por ello me resigno a aceptarla en cualquier momento de mi vida. Estoy convencido de que tengo que vivirla de algún modo, es decir, ya estoy aquí que mas. Soy consciente de que no tengo control sobre la vida y la muerte, esta noche puedo salir a comprar pan, ser cuidadoso de los ladrones, fijarme a ambos lados de la calle e igual morir por combustión espontanea

¿Qué opino de la muerte?

Me parece que mi juicio de la muerte no esta viciado por creencias religiosas ni por la ciencia, es decir, creo que es normal y necesaria (te imaginas lo aburrido que sería vivir por siempre). Saber que soy finito me da la calma y satisfacción de que lo que sea que hago es una sóla vez y para siempre, irrepetible y única, me impulsa a ser feliz y entenderme por que no soy para siempre.

Para mi existe la calidad de vida y calidad de muerte, a mi temprana edad soy consciente de que hay formas de vivir la vida y morirla. Y habrá condiciones en las que burlar la muerte siga siendo negocio -más claro ni el agua- o no. Algo de lo que estoy seguro como parámetro máximo es: no me dejaré morir.

Ya entrados en éste punto, y si mis hijos alguna vez ven ésto, creo que les será de mucha ayuda para tomar mis decisiones médicas, si en una situación comprometida estoy (crucen los dedos).


Amputaciones: Sacrificaría una de mis partes del cuerpo para seguir con vida.

Lo lees bien, es una afirmación Amo mi cuerpo, pero no creo que sea necesaria una parte de mi cuerpo como las extremidades o el pene (eso dolería, pero la vida no se trata de sexo nada más). Es decir, caminar y correr naturalmente me gusta, vamos, una amputación no es tan mala con tal de vivir. Probablemente no pueda realizar las cosas como las solía hacer, pero bueno, no tengo problema con ello.

Desconectarme: Yo me desconectaría si pudiera.

Vivir de esas forma no es vida, aún no conozco a mi(s) hijo(s) o a mi esposa pero sé que los amo y sé que me aman. Una vez agotadas las opciones de vida que permiten una calidad de vida decente, me parece que es hora de partir. No se sientan culpables por desconectar a su padre/esposo/hijo, hagan los preparativos que correspondan y tomen su tiempo.

Vale la pena vivir con dolor físico

Me parece que ello depende de la edad, mientras no tenga más de 55 años, me parece que vale la pena seguir viviendo. Existen drogas y calmantes, eso debe bastar.

Sí quedo loco o dañado neurologicamente, o alguna enfermedad de éste tipo me toma preso.

Me asusta la idea de no ser quien soy, de no ser como fui y me conocen, considero que una persona es lo que es por lo que sabe de sí misma y lo que los demás conocen de él. Una persona no es un cuerpo ni un cerebro, una persona es todas sus experiencias, todo su conocimiento y su personalidad. Sin eso, sólo queda carne y huesos. No quiero vivir de este modo, el conflicto es: sí mi sanación depende del riesgo de provocar algún daño cerebral, ¿Qué decido? decido correr el riesgo, si salgo bien que bueno, y si no, de todas formas ya estaba muerto antes de la intervención, regresen a la parte de desconectarme.

En resumen sería algo cómo: Aferrarse a la vida mientras siga siendo vida.

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